La Palabra de Dios nos ayuda a vivir mucho mejor, nos llena de paz, ilumina nuestra vida, fortalece nuestra voluntad… pero, también nos invita a ir más allá de nuestros esquemas mentales, a vencer nuestros miedos, a rebasar nuestras límites, a trascender nuestras propias expectativas. Si estamos dispuestos a acoger la novedad del evangelio, se nos regalará la Sabiduría que viene de lo alto que nos transformará en hombres y mujeres nuevas capaces de crear una nueva Humanidad.
Homilía del Domingo, 22 de septiembre de 2024.