Estas lecturas de hoy se pueden resumir en tres actitudes vitales para nuestra vida cristiana. La primera es orar a Dios con una fe total y absoluta. La segunda es ser conscientes de que Jesús siempre piensa en nosotros y está intercediendo ante el Padre por nuestro bien eterno. La tercera es la necesidad de sembrar nuestra vida de buenas acciones, buenas palabras, buenas intenciones para que entremos cantando en la Casa del Padre cargados de una gran cosecha de buenas obras para la Vida eterna.
Homilía del domingo, 27 de octubre de 2024.